Una rosa negra para ti... para nadie más. Las piezas del tablero se acomodaban y yo me maravillaba con cada movimiento, ahora entiendo porque el AJEDREZ es un juego de dioses. Mis ojos brillan, yo siento el destello... Las ganas de tocar tus manos, las ganas de probarte, las ganas de estar a tu lado un par de minutos, me hicieron su presa fácil... Y ahora entiendo cómo robarle un minuto al tiempo para poder estar contigo, porque no voy a dejarte ir, esta vez mi armadura CAERA en pedazos ante vuestra presencia, sólo por mi deseo de aprender a mirarme en tus ojos a sabiendas que que sólo soy quien te acompaña, la noche de hoy, porque no tengo la plena seguridad de un mañana, y aún así sé que te amaría más haya del tiempo, sin entender de esquemas mucho menos de tiempos establecidos. Nota: estoy aterrada y amenazo con escaparme, no sin antes decir... tus brazos, me enamoran, tus pasos al andar son tan firmes, tu sonrisa me contagia, el ser que eres me llama la atención, me gustas así tal ...