Sin esperar
Quizás jamás te vuelva a encontrar, pero segura estoy que siempre pediré al universo, te siga sucediendo lo mejor de lo mejor en la vida
Hace años se marchaba de mi vida el ser que me enseñó
a ver el mundo diferente y de su mano, me atreví a soñar, poco a poco y sin
darme cuenta se colaba a mis pensamientos, a mis creaciones, su sonrisa me
hacía feliz; luego el poder ver mi reflejo en su mirada fue mi pasatiempo
favorito pero irremediablemente una noche tomo la decisión de marcharse, justo
en este mi puerto no sintió eso mismo que a mi me hacía volar, se fue al
espacio en el que le amaban por ser así como es, observé la forma en la que se
marchó, lloré muchas noches, su ausencia hacía estragos, ya no escribía para
contarme su día, sus brazos ya no me rodeaban, sus labios habían dejado huella
en mi piel pero el tiempo cruel se fue encargando de borrar su rastro, fui
olvidando los momentos que compartimos, a veces volvía a mi espacio, pero no
para mirarme sino para contarme sobre su vida amorosa, una noche apareció para
mostrarme el anillo que le comprometía, en otra ocasión me dijo con lagrimas en
los ojos cuánto amaba a esa persona que dibujaba un te amo en el parabrisas de
su camioneta, yo poco a poco fui aprendiendo a callar lo que sentía, ya no
tenía caso hacer ruido en un espacio en el que jamás encontraría respuesta favorable a
mis intenciones; el tiempo fue aún más cruel, olvidé el timbre de su voz, los momentos
gratos que tuvimos también se fueron diluyendo; el universo había ya dictado su
veredicto, yo no seria la persona que le amará en está vida, no elegiría un
anillo, ni le diría -sí yo también quiero contigo compartir mi vida, solamente
sería esa amiga que está en los mejores o los peores tiempos.
Mi cerebro está equivocado porque
te quiero y aceptó que jamás volveré a ver mi reflejo en tus ojos, solamente me
queda verte feliz a su lado, porque el amor verdadero así es, hasta las leyes
de la ciencia lo comprueban.
Mi amor no depende de nadie, soy responsable de lo que yo siento y aquí se acaba una historia azul.
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